Estas enfermedades que alteran la forma normal de la cadera hacen que el cartílago articular, que es el tejido especial que permite que la articulación se mueva y cumpla sus funciones sin molestia, se dañe y empiece a producir un dolor que los pacientes sienten generalmente en la ingle, el muslo (por su aspecto anterior) y la rodilla. Algunos pacientes pueden referir el dolor en la región glútea o en la cara lateral de la cadera.
El tratamiento médico del daño del cartílago articular, conocido como osteoartritis o artrosis, es básicamente paliativo, es decir centrado en mejorar los síntomas del paciente y mantener la movilidad articular. Para esto, la medida más eficaz y con mejores resultados es la adopción de hábitos de vida saludables, mantener un nivel normal de peso y caminar al menos cuatro veces por semana por cuarenta minutos diarios.
Existen y se utilizan otras medidas terapéuticas como anti inflamatorios, fisioterapia e infiltraciones con diferentes sustancias, que pueden disminuir el dolor y mejorar la movilidad, dependiendo mucho del grado de lesión que tenga el cartílago.
Cuando las medidas anteriores no funcionan y el paciente continúa con dolor y deterioro en su calidad de vida, que se ve reflejado en molestia , cojera, incapacidad para subir escaleras, secarse los pies, ponerse los zapatos, dificultad para subirse y/o bajarse del transporte que utilice, entre otras, la mejor alternativa es el reemplazo total de cadera.
El reemplazo total de cadera o artroplastia total de cadera consiste en cambiar la cabeza del fémur por una prótesis que se llama vástago femoral y el acetábulo por la copa acetabular.
Esta es una cirugía muy segura con una tasa de éxito de cerca del 98%, con la cual la mayoría de los pacientes puede retornar a su vida productiva y a sus actividades de ocio entre seis a doce semanas después de la cirugía y con una duración de las prótesis cada vez mayor, llegando a permanecer útil más de 20 años.