
“La insuficiencia cardíaca es una enfermedad progresiva e incurable, pero se puede convivir con ella, hay esperanza de que mejoren los tratamientos y ha mejorado en los últimos años”, explicó Miguel González, expresidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) al presentar un medicamento para el tratamiento de la afección. Estiman que casi un millón de personas tienen la patología en Argentina y afecta a una población de entre 10 mil y 20 mil correntinos.
González explicó que una de cada tres personas en Argentina fallece por un problema de corazón. Además casi el 35% de las muertes prematuras que se dan antes de los 65 años es por problemas cardiovasculares lo que la convierte en la principal causa de muerte. Una de las enfermedades del corazón más comunes es la insuficiencia cardíaca, el 1% y 2% en Argentina tiene el diagnostico, lo que representa casi un millón de personas.
El médico especialista indicó que ocurre cuando “el corazón no puede movilizar la sangre adecuadamente para que todo el organismo reciba oxigenación y nutrientes”. Los pacientes que tienen insuficiencia cardíaca acumulan líquidos que ocasionan síntomas como fatiga, falta de aire e hinchazón en las piernas. “Esto limita la capacidad física y la actividad diaria, lo que hace que el paciente no pueda vivir como otras personas”, precisó González.

“Hace 30 años los pacientes vivían mucho menos de lo que viven ahora, pero hoy hay más tratamientos”, agregó González y comentó que se intenta evitar las hospitalizaciones. “La internación es un problema para el paciente, para su familia, para la Salud Pública, son las complicaciones que sufren los pacientes con insuficiencia cardíaca. El objetivo es que las personas vivan más, no se internen y tengan una mejor calidad de vida”, añadió el doctor.
Eduardo Perna, se desempeña como presidente de la Federación Argentina de Cardiología (FAC), explicó que existen dos tipos de insuficiencias cardíacas: con fracción de inyección reducida y con fracción de inyección preservada. En el primer caso se habla de un corazón dilatado con deterioro en la función que “se produce cuando el órgano es incapaz de llevar la sangre a todo el cuerpo y la cantidad de sangre que bombea es menos de lo que debería y por eso aparecen los síntomas”.
El segundo tipo de insuficiencia cardíaca se produce “con la presencia de las paredes del corazón duro o rígido que no se pueden distender bien”. En este caso el problema que presenta es “llenarse de sangre, al no poder llenarse se limita la capacidad de mantener el lleno total del corazón”. Perna comentó que estas dos entidades coexisten en partes iguales en la población que vive con insuficiencia cardíaca.

La situación en Corrientes
Perna es jefe de la división de Insuficiencia Cardíaca del Instituto de Cardiología y en diálogo con diarioepoca.com precisó que entre el 1% y 2% de la población tiene insuficiencia cardíaca con diagnóstico o latente. “En números representa que entre 10 mil y 20 mil correntinos tienen la patología”, detalló.
Destacó como una de las ventajas que tiene la provincia es un consultorio específico de la afección en el Instituto de Cardiología. “Vemos una población importante de individuos con insuficiencia cardíaca, pero probablemente muchos de ellos están enfermos por esta condición y no tienen acceso al lugar”, comentó y resaltó la importancia del acceso al tratamiento en diferentes lugares.
La afección y el coronavirus
Perna comentó que como en Corrientes el manejo del coronavirus se hizo con características particulares ya que la mayoría de los pacientes eran atendidos en el Hospital de Campaña, lo que implicó una reducción de las internaciones en el Cardiológico. “El impacto que vimos en la institución, que es puramente cardiológica, fue una reducción en el número de pacientes que consultaban por insuficiencia cardíaca”, añadió.
La poca concurrencia a los centros se debió al hecho de “la preocupación de ir al médico, tenían descuidos en los tratamientos, solamente iban pacientes con formas más severas de la enfermedad lo cual hacía más difícil la atención, sobre todo en la primera parte de la pandemia”. A su vez posteriormente, con la vacunación los pacientes comenzaron a retomar las consultas.
“Hemos tenido que ajustar el tratamiento porque un paciente que tiene insuficiencia cardíaca y COVID-19 es un individuo con mayor riesgo porque tiene afecciones en múltiples sentidos y la infección puede ser difícil”, comentó. A su vez destacó la importancia de la vacunación: “Le recomendamos a todos los pacientes la vacunación contra el coronavirus, la gripe y la neumonía porque es una forma de mantenerse protegido”.
Primer medicamento para la insuficiencia cardíaca
La ANMAT aprobó hace unos meses el uso de empagliflozina, un medicamento para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. Con la aprobación de la droga se convirtió en el único tratamiento autorizado para adultos con insuficiencia cardíaca crónica sintomática. Durante la presentación, a cargo del laboratorio Boehringer Ingelheim y los especialistas González y Perna y en la ciudad de Buenos Aires, resaltaron los resultados obtenidos en un estudio realizado a 5.988 pacientes.

La aprobación de la ANMAT se basó en un ensayo clínico que mostró una reducción del 21% en el riesgo de muerte cardiovascular u hospitalización por insuficiencia. Este medicamento se utilizaba previamente para el tratamiento de la diabetes tipo 2, hace seis años mostró una reducción del riesgo de la muerte cardiovascular, lo que derivó en la investigación que confirmó su eficacia para la insuficiencia cardíaca. Sobre la presentación del medicamento, se trata de un comprimido de 10 miligramos de empagliflozina que se toma una vez al día. El costo del mismo ronda los 16 mil pesos, tiene cobertura de obras sociales y prepagas, aunque hasta el momento no se garantiza el acceso en la salud pública.
“Este tratamiento es novedoso porque es eficaz, se demostró que se producen menos eventos, se mueren menos pacientes y se internan menos”, explicó González. A su vez agregó: “Es consistente porque está destinado para un amplio número de pacientes. Además es seguro, tiene muy pocos efectos adversos y es fácil de tomar porque se consume una vez al día”. Sobre los tratamientos que se utilizan para la afección, Perna precisó que al inicio de la enfermedad “se trata de sacar el líquido, entonces se dan diuréticos. A partir de ahí hay que empezar el tratamiento con cuatro familias de drogas”.
El cardiólogo enumeró que en uno de los tratamientos “se recetan drogas que dilatan las arterias del corazón, las otras son unas drogas que se llaman betabloqueantes que bajan las pulsaciones y tienen muchos beneficios porque es un evento que estimula una serie de receptores”. La tercera opción son diuréticos que generan efectos sobre la fibrosis del corazón y la cuarta son las glifozinas.
“Las glifozinas eran drogas que se utilizaban para tratar a los pacientes con diabetes, se vio que reducía el riesgo de tener problemas cardíacos, entre ellos la insuficiencia”, comentó el especialista sobre el inicio de las investigaciones.
Por su parte, González añadió que “se probó en insuficiencia cardíaca con el corazón dilatado y se vio que era muy efectiva para reducir los eventos. También se probó en pacientes con fracción de inyección preservada y se observaron los beneficios”. El médico resaltó que “es la única droga en este último grupo que tiene evidencia demostrada en un ensayo clínico”.

Por
Aracelli Almirón
Redacción época